lunes, 26 de diciembre de 2011

LA FIBRILACION AURICULAR PUEDE PRODUCIR COMPLICACIONES CARDIACAS

En la fibrilación auricular, las dos cámaras cardíacas superiores (aurículas) laten de manera caótica e irregular, sin coordinación con las dos cámaras inferiores (ventrículos).  Los latidos descoordinados fruto de la fibrilación auricular hacen que el corazón bombee con menor eficacia que bajo situaciones normales y, como resultado, el cuerpo recibe menos cantidad de sangre en cada latido.  Esta situación puede provocar varios síntomas, entre ellos, disminución de la presión sanguínea, mareo, debilidad y falta de aire.
En ocasiones, la rapidez de la frecuencia cardíaca vinculada a la fibrilación auricular puede derivar en dolor o molestia en el pecho (angina) debido a la disminución del flujo sanguíneo hacia el músculo cardíaco.  La gente con alguna enfermedad cardíaca previamente existente es especialmente susceptible a presentar ese síntoma de la fibrilación auricular.  Además, la angina podría ser difícil de distinguir de otros tipos de dolor de pecho; de manera que si usted siente dolor en el pecho, es importante que busque atención médica de inmediato.
Si bien la fibrilación auricular puede ocasionar dolor en el pecho y otros síntomas parecidos al ataque cardíaco, esta afección no deriva en un ataque al corazón.  Por el contrario, el ataque cardíaco (infarto de miocardio) ocurre cuando se obstruye la arteria coronaria que abastece de sangre al corazón, privándole de la sangre y oxígeno vitales.
Lo más común es que la obstrucción se deba al estrechamiento de la arteria coronaria, a consecuencia de la acumulación de colesterol (placas), afección que se conoce como ateroesclerosis.  Dichas placas pueden desprenderse y, cuando lo hacen, en el sitio donde se rompe la placa se forman coágulos sanguíneos.  Si un coágulo es lo suficientemente grande, puede obstruir totalmente el flujo sanguíneo a través de la arteria, ocasionando un ataque cardíaco.
La fibrilación auricular no crea las situaciones que llevan a un ataque cardíaco, pero el ataque cardíaco sí puede causar fibrilación auricular.  En el caso de que la arteria coronaria implicada en el ataque cardíaco normalmente provea de sangre a las aurículas, esa falta de flujo sanguíneo podría dañar los tejidos auriculares y el resultado podría ser una fibrilación auricular.
A pesar de que la fibrilación auricular no aumente su riesgo de sufrir un ataque cardíaco, la afección efectivamente aumenta su riesgo de presentar otras complicaciones graves, como un accidente cerebrovascular.  El ritmo cardíaco irregular de la fibrilación auricular puede ocasionar acumulación de sangre en las aurículas y formación de coágulos.  Si bien esos coágulos no derivan en un ataque cardíaco, alguno puede desprenderse de la aurícula y desplazarse por el torrente sanguíneo hasta el cerebro, donde obstruye el flujo sanguíneo y ocasiona un accidente cerebrovascular.
El riesgo de sufrir un accidente cerebrovascular por fibrilación auricular es mayor conforme la persona envejece.  El riesgo también aumenta entre la gente que padece hipertensión o diabetes, tiene antecedentes de insuficiencia cardíaca o sufrió anteriormente un accidente cerebrovascular.  Si usted padece de fibrilación auricular, medicamentos como los anticoagulantes pueden disminuir bastante su riesgo de sufrir un accidente cerebrovascular.
La insuficiencia cardíaca también puede ser un problema, especialmente cuando la fibrilación auricular no está bien controlada.  El motivo de preocupación es que la fibrilación auricular con frecuencia cardíaca rápida y descontrolada puede ir debilitando al músculo cardíaco, hasta terminar en una incapacidad crónica del corazón para hacer que la sangre circule de manera suficiente como para abastecer las necesidades del organismo.

EL CORAZON TIENE RITMO Y SU ALTERACION SE CONOCE COMO ARRITMIA

Por qué late el corazón? Pues para mover la sangre que va cargada de oxígeno y nutrientes por todo el cuerpo. Pero esa sangre hay que empujarla y ahí es donde intervienen los latidos, las contracciones del corazón controladas por impulsos eléctricos. El sistema eléctrico del corazón que regula la frecuencia y el ritmo de los latidos consiste en dos áreas de control o nódulos y una serie de vías por la que corre el impulso eléctrico, de forma similar a la que funciona cualquier otro circuito eléctrico, como el de tu casa, por ejemplo. A grandes rasgos, para no abrumarte con los detalles, con cada latido un impulso eléctrico corre desde la parte superior (o aurículas), hasta la parte inferior (o ventrículos). A medida que el impulso se traslada a través de las vías, las cámaras del corazón (aurículas y ventrículos) se contraen y se relajan,  impulsando así la sangre, en un proceso que se repite entre 60 y 100 veces por minuto en condiciones normales.
Los tipos de arritmias
Cualquier irregularidad en el ritmo de las contracciones (llamadas sístoles), y las relajaciones (llamadas diástoles), es lo que origina las arritmias que se clasifican según el lugar de origen (las aurículas o los ventrículos). Hay cuatro tipos principales de arritmia que son: extrasístoles, arritmias supraventriculares, arritmias ventriculares y bradiarritmias.
Las extrasístoles (o contracciones ventriculares prematuras) son la forma más común de las arritmias. Consisten en un latido adelantado en relación a la frecuencia normal. Por lo general son inofensivas y no requieren tratamiento si se presentan en personas en buen estado de salud. Cuando producen síntomas se siente como una especie de aleteo en el pecho y la sensación de que el corazón se ha saltado un latido.  Suelen presentarse de manera espontánea y no porque la persona sufra de una enfermedad del corazón (aunque ciertas condiciones cardíacas si pueden producir extrasístoles).  A veces pueden presentarse debido al estrés, cuando se realiza demasiado ejercicio o cuando se consume cafeína o nicotina en exceso.
Las arritmias supraventriculares, a su vez, son taquicardias (cuando se aceleran los latidos) que se originan en las aurículas o en el nódulo auriculoventricular (un grupo de células situado entre las aurículas y los ventrículos).  En este grupo se encuentran varias que son: la fibrilación auricular, el aleteo auricular, la taquicardia supraventricular paroxística y el síndrome de Wolff-Parkinson-White.
La fibrilación auricular
Dentro de este primer grupo, vamos a prestar un poco más de atención a la fibrilación auricular, porque se trata del tipo más frecuente de una arritmia grave. Consiste en una contracción muy rápida e irregular de las aurículas (las cavidades superiores del corazón). El impulso eléctrico que origina el latido no comienza en el sitio acostumbrado, sino en otra parte de la aurícula o en las venas pulmonares cercanas y no se traslada de la forma adecuada. El resultado es que las paredes de las aurículas vibran o fibrilan (de ahí su nombre) muy rápido en lugar de latir normalmente y entonces no pueden bombear sangre a los ventrículos de la forma correcta.
Las dos complicaciones más graves asociadas con la fibrilación auricular son el accidente cerebrovascular y la insuficiencia cardiaca (falla cardiaca).
Cuando la persona sufre de fibrilación auricular, pueden formarse coágulos al acumularse la sangre en las aurículas que están fibrilando, en lugar de circular hasta los ventrículos. Si un coágulo se desprende puede llegar al cerebro y causar un derrame. Es por eso que las personas que la padecen reciben tratamiento con anticoagulantes. El accidente cerebrovascular puede ocurrir si un coágulo de sangre llega hasta una arteria del cerebro y obstruye (bloquea) la circulación de la sangre.
La insuficiencia cardíaca sucede porque el corazón no puede bombear la sangre que el cuerpo necesita. La fibrilación auricular puede causar insuficiencia cardíaca si los ventrículos laten demasiado rápido y no tienen suficiente tiempo para llenarse de sangre y bombearla al resto del cuerpo. Esto causa cansancio, inflamación (hinchazón) de las piernas y sensación de falta de aire.
Muchas veces la fibrilación auricular se debe a otra condición que afecta al corazón como la hipertensión, la enfermedad coronaria o la cardiopatía reumática, un problema con una de las válvulas del corazón.  Otras causas pueden ser el hipertiroidismo (exceso de hormona tiroidea), el exceso de bebidas alcohólicas o si otros miembros de la familia han padecido de fibrilación auricular.
Entre otros factores de riesgo de este tipo de arritmia están:
  • La edad, especialmente a partir de los 60
  • Sufrir de apnea del sueño
  • Padecer de diabetes o de enfermedad pulmonar crónica
  • Padecer una infección grave
Las señales de aviso de la fibrilación auricular pueden incluir: latidos fuertes en el pecho (como truenos, tambores o saltos); palpitaciones frecuentes (la sensación de que el corazón se ha saltado un latido); falta de aire después de realizar un esfuerzo físico; dolor en el pecho y hasta mareos o desmayos.
Cuando se presenten estos síntomas hay que consultar a un médico para establecer el diagnóstico y determinar el tratamiento que ayude a restaurar el ritmo normal y evite los coágulos.
La taquicardia ventricular y la fibrilación ventricular
Son dos arritmias que se originan en los ventrículos (las cavidades inferiores del corazón) y que son más peligrosas que la fibrilación auricular. Afortunadamente son menos frecuentes. En el caso de la taquicardia ventricular, los ventrículos laten a velocidades muy rápidas, (muy por arriba de 100), lo que no permite que se llenen de sangre y por eso el corazón no puede distribuirla al cuerpo y no se pueden oxigenar los órganos y los tejidos, lo cual es peligroso si dura mucho tiempo. Puede causar palpitaciones, mareo, debilidad, disminución en la presión arterial y desmayo. Se puede convertir en fibrilación ventricular que es una arritmia más grave.
En la fibrilación ventricular, como en el caso de la fibrilación auricular, los ventrículos vibran en forma rápida e irregular y tampoco logran bombear la sangre eficientemente y el resultado es el mismo que en la taquicardia ventricular pero mucho más rápido y severo. Si no se trata rápidamente es mortal porque acaba con un paro cardíaco.
Las arritmias pueden asustar a la persona que las sufren, pero en muchos casos y en especial en personas jóvenes sin historial de enfermedades cardíacas, no representan un peligro serio y se pueden tratar con medicamentos. Las arritmias supraventriculares son muy comunes en personas de mediana edad y de edad avanzada. Por lo general, a medida que se envejece aumentan las probabilidades de sufrirlas, especialmente la fibrilación auricular. Muchas aparecen de forma temporal en respuesta a emociones o actividades normales, pero hay arritmias que pueden ser peligrosas y por eso siempre es importante cuando se sospecha que pueda haber una arritmia que la evalúe un cardiólogo para determinar si requiere tratamiento.
Este es un tema extenso que merece explicarse en detalle, así que para que puedas entender mejor la información, continuaremos explicando otros tipos de arritmia en un artículo posterior.  Si te interesa el tema, mantente al tanto para que puedas identificarlas y no te asustes tanto la próxima vez que tu corazón pierda el paso.

domingo, 11 de diciembre de 2011

La Enfermedad de Chagas.A que se debe esta enfermedad tropical que afecta el corazon

La enfermedad de Chagas o tripanosomiasis americana, es una afección
parasitaria hística y hemática, cuyo agente etiológico es el Trypanosoma
cruzi, protozoo flagelado de la familia Trypanosomatidae, de la superclase
Mastigophora y del orden Kinetoplastida. El microorganismo es alargado,
fusiforme y de aproximadamente 20 micras de longitud; posee un núcleo
grande cerca de la parte central y a lo largo de su cuerpo tiene una membrana
ondulante bordeada por un flagelo que se inicia en el cinetoplasto y
que sale del parásito. El centroblasto está localizado en la región subterminal
de la parte posterior del protozoo y está formado por la unión del cuerpo
parabasal y el blefaroplasto; el tamaño notoriamente grande del cinetoplasto,
constituye una de las principales características morfológicas que lo diferencian
de otras especies de tripanosoma. Los parásitos presentan marcado
pleomorfismo; se conocen formas anchas, delgadas e intermedias. Se cree
que las formas anchas son las que se desarrollan en el vector mientras que
las delgadas se degeneran. También se considera que las cepas con predominio
de formas delgadas son más virulentas.
Esta enfermedad es transmitida por unas 120 especies de Triatominos
(Chinches), los cuales son hemípteros, estrictamente hematófagos
de la familia Reduiviridae, subfamilia triatominae y géneros rhodnius,
triatoma y panstrongylus, conocidos con nombres diferentes según el país:
pitos, chinches besadores o besucones; chiribicos en Colombia; barbeiros,
en Brasil; vinchucas, en Chile y Argentina; chipos, en Venezuela entre otros.
Los chinches viven tanto en el ambiente extra como intradomiciliario del
hombre; los más comunes son: Triatoma infestans, principal vector desde
la línea ecuatorial hacia el Sur, y Rhodnius prolixus y Triatoma dimidiata al
norte de la línea ecuatorial. En Colombia se ha descrito el Rhodnius
colombianensis entre otros Rhodnius, como una especie propia de vectores.
Además se han descrito los vectores Dimidiata capitata, Rhodnius pallescens,
Panstrongylus geniculatus entre otros. El tamaño de los adultos varía entre
1,5 y 2 cm de longitud y el color es variable según las especies. La cabeza
es alargada y termina en una probóscide recta que durante el reposo se
dobla en ángulo agudo contra la parte ventral
del cuerpo, que se extiende en el momento de
la picadura. Posee un par de ojos prominentes,
por delante de los cuales emergen un par de
antenas, cuyo punto de implantación sirve para
la diferenciación de los géneros. El tórax es quitinoso
y su segmento anterior o pronoto tiene
forma de escudo. Las alas son dobles y se mantienen
dobladas sobre el dorso y pocas especies
no tienen alas; en general los triatominos son
más caminadores que voladores. El abdomen
puede tener pigmentación de colores vistosos
que ayudan a la clasificación. Se
reproducen mediante huevos y
hacen una metamorfosis incompleta
pasando por cinco estados
antes de llegar a adulto. Cada
paso de un estado a otro se hace
mudando el exoesqueleto, lo
cual ocurre después de una comida
completa de sangre. Para
que haya un buen desarrollo de
los huevos y posteriormente crecimiento
de las ninfas, es necesario
que exista alimentación,
temperatura y humedad adecuadas.
El ciclo evolutivo completo
varía con las especies y por lo
general dura entre 84 y 134 días.
La longevidad del insecto cambia
también con la especie y se
relaciona directamente con la capacidad
de ayuno, la cual para los adultos y las
ninfas puede ser de varios meses. Si se cuenta a
partir del huevo, la vida oscila entre 300 a 350
días. Una hembra puede poner entre 1.200 y
1.400 huevos. Tanto los machos como las hembras
se alimentan mediante la ingestión de sangre
en cantidad que puede llegar hasta 8 a 9
veces su propio peso. Es mayor la capacidad de
ingestión de las hembras que la de los machos.
La picadura es indolora y se efectúa principalmente
en la noche. Al picar inyectan saliva que en algunas
personas desencadena reacción alérgica. Durante
la comida se producen deyecciones del vector
y durante el rascado ingresa el parásito al torrente
sanguíneo
Los huéspedes definitivos son los animales
vertebrados y el hombre. Entre los animales domésticos
están el perro y el gato; entre los silvestres
figuran armadillos, zarigüeyas, murciélagos
y ratas comunes. Pocos primates están
infectados en condiciones naturales y las aves
son refractarias a la infección. El vector se infecta
al picar y chupar la sangre de los huéspedes
definitivos con tripomastigotes sanguíneos,
que sufre transformación en el
tubo digestivo hacia epimastigote
en su porción media y hacia tripomastigotes
metacíclicos en la
porción final; estos son los
infectantes para el huésped
vertebrado. Al ingerir los tripomastigotes
el vector se torna
infectante en el transcurso de 20
días y permanece infectante toda
su vida, que es de un año aproximadamente.
Al picar al hombre
o a los animales, el vector deyecta
y con el rascado o las manos en
mucosas le es posible al parásito
penetrar las barreras naturales.
Una vez ingresa al organismo en
forma de tripomastigote
metacíclico es fagocitado por los
macrófagos en cuyo citoplasma
sufre la transformación hacia amastigote llamado,
por tanto, intracelular. Nuevamente vuelven
a un estadio de tripomastigote, se rompe
la célula y llegan a la circulación sanguínea y linfática para luego ingresar a diferentes
órganos en los cuales de nuevo se transforman
en amastigotes. Esta etapa coincide con
la fase aguda de la enfermedad que dura 10 a
15 días aproximadamente cuya principal característica
es la parasitemia elevada.